A partir de la lectura del texto, puedo decir que como futura docente me gustaría ser una “buena anfitriona”; que vele por el placer de aquellos a quienes debo atender, que sepa satisfacer sus deseos, que pueda presentar sus mejores productos y evitar todo aquello que puede perturbar la armonía de lo que se presente en esa “mesa” (aula) que debe estar integrada a su contexto sociocultural.
El alumno, “el comensal” ha sido consecuencia de un acto dietético que lo lleva a querer tener acceso al conocimiento pero es importante no llegar a la “gula, ya que disminuye las ansias a fuerza de proveer lo que consideramos malo y escaso.
Los docentes, somos los responsables de aquello que llevamos a nuestra mesa, a nuestra aula y también, de la forma en que “los comensales” puedan ingerir nuestros alimentos.
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