Hay varias expectativas que podría describir bajo el título de “futuro docente”, pero muchas de ellas, se refieren a las situaciones que viviré, a las personas con las que trabajaré, a las aulas donde asistiré.
Convencida de haber elegido correctamente mi carrera, espero de manera personal jamás olvidar los días en que yo fui estudiante; cuando mis maestros eran ejemplos que imitaba con inocencia y, guardar con cariño los recuerdos del pasado para que de ese modo pueda ejercer cada día mejor mi labor con la conciencia de que posiblemente, ahora seré yo el ejemplo que los alumnos habrán de imitar.
Buscando siempre que mis éxitos personales intervengan positivamente al mejoramiento constante del proceso educativo en el aula donde ejerceré mi profesión, espero contar con la capacidad suficiente para identificar a mis alumnos como lo que son: seres humanos que han sido determinados por su contexto social y su historia personal, la cual les ha brindado peculiaridades propias que los distinguen a unos de otros y hacen diversas sus formas de aprendizaje, para que de este modo sea consciente de que en mi modo de enseñar deberé de ser tolerante con las diferencias para no menospreciar a cada alumno por su individualidad. Esto, esta directamente relacionado con la capacidad de atender a la diversidad.
Algunas de mis metas personales son desarrollar una profesión educadora eficiente, a través del perfeccionamiento y la capacitación constante, para no hacer rutinaria las clases, establecer relaciones de mutuo respeto y enseñanza-aprendizaje con los alumnos, hacer frente a los inconvenientes que se presenten y lograr con la mayor facilidad posible una solución satisfactoria, ser tolerante ante las diferencias entre los compañeros docentes y directivos, etc.